Por: Félix A. Pineda
Leonel ha fracasado. Las evidencias son desgarradoras, aún cuando sus acólitos acumulen contra evidencias que lo presenten como el gobernante más exitoso del globo terráqueo y planetas adyacentes. Para ellos, el fracaso de la Unión Europea se debe a la ausencia de un gobernante del talante del que se gasta la sociedad dominicana. Y si ha habido lo que se conoce como crisis financiera internacional, es porque en los Estados Unidos de América carecían de un presidente con el grado de "Gran Maestro de la Luz y la Conceptualización" como lo es leonel.
De todo modo, sigo aferrado a la idea de que leonel ha fracasado. Y su modelo de modernidad frustrada constituye también un fracaso.
Las evidencias sobreabundan. No me refiero a la súper estructura de corrupción política orquestada durante 10 años de miseria nacional y de riquezas abundantes para unos pocos aventajados en el leonelismo.
No me refiero a la inseguridad ciudadana, ni a lo que él está haciendo con el sistema de justicia. No. Esas son argumentaciones que demandan altos niveles de análisis y confrontaciones filosóficas, para los cuales los salones de funglode quedan cortos.
No me refiero a la inseguridad ciudadana, ni a lo que él está haciendo con el sistema de justicia. No. Esas son argumentaciones que demandan altos niveles de análisis y confrontaciones filosóficas, para los cuales los salones de funglode quedan cortos.
Por fracaso me refiero al hecho de que el Estado Dominicano (o lo que se parezca a ese concepto) no tiene capacidad ni siquiera para tapar un hoyo en una calle surrealista de la ciudad. Me refiero a cosas pequeñas, como por ejemplo, a que en una hora pico no se pueda transitar por la capital dominicana. Por fracaso me refiero al hecho de que la gente tiene cólera en los hospitales, y le niegan el diagnóstico, porque en un país gobernado por leonel no puede nadie morir de cólera. O a una persona que, después de nacer, criarse, estudiar y especializarse, trabajar y hacer toda su vida social en la República Dominicana, ahora resulta que no es dominicano, por una decisión del Estado Dominicano (o lo que se parezca a ese concepto).
El fracaso de leonel es algo que me tendría sin cuidado, a no ser porque su figura de dios pagano, atrae hacia el abismo del fracaso al país entero, o lo que queda de él.
Todavía pudiera aceptar la idea de que leonel NO haya fracasado, con el inconveniente de que quién de verdad ha fracasado entonces, es la sociedad dominicana.