viernes, 9 de noviembre de 2012

Carta abierta al procurador Domínguez Brito

Por: Félix A. Pineda
Señor Domínguez Brito
Procurador General  de la República Dominicana.
Para comenzar, diré que no estoy como para salutaciones formales de esas que acompañan las correspondencias que se hacen a los que ocupan puestos importantes en el Estado. Pero sí quiero hacerle saber que tengo una opinión muy favorable de su persona, la cual está sustentada por una trayectoria que se escapa a la práctica tradicional de la clase política nacional.
Sin embargo, esa trayectoria parece encaminada a un punto crucial, en el que deberá decidirse sobre las denuncias de corrupción en contra de leonel fernández, félix bautista  y otros altos dirigentes del partido en el poder, de los que el comité político suele nombrar como “honorables”. 
Su inteligencia es suficientemente amplia como para saber que el pueblo dominicano es una “partida” de pendejos a los que simplemente se le engaña y punto. Pero usted y yo sabemos otra cosa: Leonel debería estar en Najayo. Es aquí la cuestión, ¿Estará usted tan comprometido con los intereses políticos de su partido que no le alcance nada a los intereses del pueblo dominicano?
¿O dejará usted de lado las “llamadas desde el palacio” y se llenará de patriotismo, para decidir abrir un juicio en contra de las crápulas inescrupulosas y asquerosas que dominan sobre la clase política del país, del cual creo que usted es una excepción?
Algo más que sabemos usted y yo: la instrumentalización de la razón no será suficiente para convencer al pueblo enojado de que los nuevos impuestos son para beneficio suyo, cuando en realidad, son para esconder los caprichos de un hombre que se orina y se caga sobre la dignidad del hombre y la mujer dominicana, sin que nada pase ni pueda pasar. Leonel es el padrino de la cosa nostra dominicana. ¿Dejará usted que se “salga con la suya”?
Claro que no. Usted no es ese tipo de gente, usted tiene raíces profundas de humanidad. Y confío en que no habrá formalismo legal que usted no pueda eludir.
Yo espero que su casamiento con la gloria inicia en el momento en que decida abrir una investigación seria, más allá de las comisiones infuncionales a que nos tienen acostumbrados. De ser así las cosas, Danilo pasará a la historia como un presidente más. Pero usted, mi querido procurador, será recordado, por siempre y para siempre, como el ciudadano que se atrevió a “hacer lo que nunca se hizo”: enviar a leonel, félix bautista, y su pandilla de ladrones a la cárcel.
Como sé que su tiempo vale más que el oro, aunque no tanto como el de la Barrick, me despido no sin antes agradecer sus buenos oficios para que la justicia se convierta en justicia, para que la impunidad sea desterrada de esta media isla.
Usted puede ser la puerta de una “primavera dominicana” en la que la dignidad de la gente sea valorada y colocada por encima del crecimiento del producto interno bruto.