Por: Félix A. Pineda
La democracia es
la coartada perfecta para desalmados diputados y senadores de una patria boba
mal llamada República Dominicana. Una caricatura de país donde los ciudadanos se
avergüenzan de reclamar sus derechos, y cuando lo hacen, los grupos represivos
del estado se sienten amenazados y atacan, como perros de caza.
Legislan a su
favor y en contra del pueblo. El pueblo, huérfano al fin, carece de mecanismos
para levantarse en contra de sus burladores.
Cerrar el
congreso no es la solución… pero algo es algo. Lástima que el pueblo mismo,
acostumbrado al engaño y a la mentira, se opondría, bajo el pretexto de que
ésta sería una solución antidemocrática.
Vuelvo a
empobrecerme espiritualmente, para pedir a diputados y senadores, que si de
verdad son serios, se amarren un block al cuello, y se tiren al Canal de la Mona.
No odio a los
diputados y senadores, eso no. Pero me dan asco.
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