Por Félix A. Pineda
¿Y si llevaran a prisión a la jueza que la dejó en libertad hasta que ella aparezca?
Esta oración es para ti Sobeida Féliz Morel,
tan santa, tan pulcra, tan dama, tan noble,
tan pura, tan todo lo bueno y loable que se pueda ser.
Tu eres el sueño de los que nunca duermen,
la comida de los que tienen hambre
la riqueza de los empobrecidos,
el camino de los perdidos
y la desesperada esperanza de los que carecen de esperanza
Muchos quisieran ser como tu, heroína de nuevo cuño,
elegante hasta en la prisión.
Tú eres la reina, los demás somos tus feudatarios,
Tu eres orgasmo en una sociedad anorgásmica
Tu eres la que comanda el barco, los demás somos tus marineros,
desde el recluta hasta el jefe del jefe del otro jefe de la jefatura.
Tu eres diosa, los demás somos simples mortales,
devotos de tus lujos, en el paraíso interior de tus apartamentos.
Tu eres la encarnación de la belleza,
los feos son los diputados y los senadores.
Tu eres la respuesta, nosotros sólo somos la pregunta
Tu mereces la libertad,
después de todo, los que te liberaron están libres.
Tu mereces una medalla al mérito,
porque gente como tu hace más bien que los juece$ que te dieron la libertad, esos rastreros que se arrastran más abajo del lodo enlodado de la justicia dominicana.
Tu eres la Ley, la única que se cumple,
la que se legitima con monedas de oro del Banco Central.
Tu merece la orden de Duarte, Sánchez y Mella,
porque los que ofrecen ese mérito,
tienen un cáncer en la conciencia
que convierte en paja el significado de esos nombres.
¡Oh, Santa Sobeida, líbranos de la sociedad que te parió
Y de la soberbia de los que te amparan,
y del trapo de constitución que te cobija.
En nombre de leonel, de miguel, del congreso y la ley, amen.
Esta oración es para ti Sobeida Féliz Morel,
tan santa, tan pulcra, tan dama, tan noble,
tan pura, tan todo lo bueno y loable que se pueda ser.
Tu eres el sueño de los que nunca duermen,
la comida de los que tienen hambre
la riqueza de los empobrecidos,
el camino de los perdidos
y la desesperada esperanza de los que carecen de esperanza
Muchos quisieran ser como tu, heroína de nuevo cuño,
elegante hasta en la prisión.
Tú eres la reina, los demás somos tus feudatarios,
Tu eres orgasmo en una sociedad anorgásmica
Tu eres la que comanda el barco, los demás somos tus marineros,
desde el recluta hasta el jefe del jefe del otro jefe de la jefatura.
Tu eres diosa, los demás somos simples mortales,
devotos de tus lujos, en el paraíso interior de tus apartamentos.
Tu eres la encarnación de la belleza,
los feos son los diputados y los senadores.
Tu eres la respuesta, nosotros sólo somos la pregunta
Tu mereces la libertad,
después de todo, los que te liberaron están libres.
Tu mereces una medalla al mérito,
porque gente como tu hace más bien que los juece$ que te dieron la libertad, esos rastreros que se arrastran más abajo del lodo enlodado de la justicia dominicana.
Tu eres la Ley, la única que se cumple,
la que se legitima con monedas de oro del Banco Central.
Tu merece la orden de Duarte, Sánchez y Mella,
porque los que ofrecen ese mérito,
tienen un cáncer en la conciencia
que convierte en paja el significado de esos nombres.
¡Oh, Santa Sobeida, líbranos de la sociedad que te parió
Y de la soberbia de los que te amparan,
y del trapo de constitución que te cobija.
En nombre de leonel, de miguel, del congreso y la ley, amen.
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