lunes, 19 de julio de 2010

El Apresamiento de Figueroa Agosto como hecho social

Por Félix A. Pineda

La interpretación de los hechos sociales es una tarea extremadamente compleja porque en ella se entretejen elementos culturales, políticos y económicos, sin que ninguno de estos elementos pueda ser analizado de manera independiente a los restantes.


En el caso actual, la captura de Figueroa Agosto cumple con los criterios de complejidad del párrafo anterior, aún cuando no haya la necesidad, o la necedad, de hacer análisis económicos, políticos o culturales sobre el caso. El punto es que la captura de Figueroa Agosto es la respuesta a una pregunta que en la República Dominicana las autoridades nunca llegaron a formular.

Por ahora, dejo a la reflexión de aquellos cuya intuición vaya más allá de la miseria de la clase política nacional, las siguientes premisas.

Primera premisa
Si Agosto hubiera estado en Santo Domingo, no estuviera siendo juzgado en una corte como Dios manda, por el contrario, encontraríamos el titular grande de la prensa, “bien prensada”, diciendo: "Muere Figueroa Agosto en intercambio de disparos". La seguridad de que así sería se encuentra en el hecho de que el intercambio de disparos constituye el nivel más elevado de expresión de la inteligencia policial dominicana. Además, los periódicos siguen utilizando en su lenguaje el término intercambio de disparos, lo que sirve para legitimar los asesinatos cometidos por la policía. Si alguien en este país cree que las autoridades estaban interesadas en apresar vivo a Figuera Agosto, entiendo también nuestro nivel de ingenuidad como país fácil de embaucar.

Segunda premisa
El apresamiento de Figueroa abre una fase peligrosa para sus protectores en la República Dominicana. Es cierto que ya estos protectores y socios tienen redactadas las notas de prensa en las que se defenderán de las acusaciones de Agosto, con el infantil expediente de que “Nunca me he relacionado con ese señor”. Otros dirán:” Me quieren hacer daño político”. Otros, los más encumbrados del poder, no hablarán, porque tienen periódicos, programas y peones que hablarán en su defensa. Desde esta clave de interpretación de los hechos, el gran derrotado, insisto, es el jefe de la policía nacional, es el actor frustrado de la película, al que le negaron el papel añorado: cazar a Agosto en un intercambio de disparos que terminara con la posibilidad de desmontar la red de “saco y corbata” vinculada con el acusado.

Tercera premisa
A partir de las dos primeras premisas, puede construirse una tercera: es la nota del jefe de la deenecede que ha dicho, “curándose en salud” y adelantándose a lo que podría venir, que “No se puede creer todo lo que diga Figueroa Agosto”. Si usted es uno de los que opinan que el malo de la película no es Figueroa Agosto, sino unos, más otros cuantos, que andan sueltos por las redes del poder político, militar y económico del país, entenderá que estas declaraciones están llenas de sentido, de lógica, de razones y de todo tipo de intereses malsanos y oscuros. Que caiga el malo está bien, pero que caigan sus socios y los que apadrinan al malo no está bien.

Conclusión
A estas tres premisas, adelanto una conclusión que tal vez no me quede como solía quedar a los sabios griegos, pero algo es algo y aquí vamos: Entre Figueroa Agosto y esta clase maldita de políticos asquerosos y desalmados, me quedo con Figueroa Agosto. El hace daño a un grupo considerable, pero ellos hacen daño a toda la sociedad, malogrando los sueños de 10 millones de dominicanos en un futuro mejor.

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