jueves, 29 de octubre de 2009

Elogio de la dictadura o el desquiciamiento de franklin almeyda rancier

Por: Félix A. Pineda

Existen indicadores objetivamente verificables de que el “momento político” dominicano está marcado por una dictadura, aún cuando esa dictadura resulte desapercibida para la mayoría de las personas, que a fuerza de tanto escucharlo, terminan creyendo que viven en una sociedad democrática. Algunos incluso, estiman que vivimos en democracia por el hecho de que en este país todo el mundo hace lo que le da la gana y no pasa nada, como si esta desorganización y falta de institucionalidad fueran los indicadores de una sociedad democrática.

Precisemos algunas ideas. El desorden generalizado en que vivimos no es una expresión de la democracia, sino la consecuencia de un modelo de sociedad insostenible que es promovido, precisamente, por grupos que no creen en la democracia. De igual manera, la falta de autoridad del gobierno no tiene que ver con criterios democráticos, sino con la ausencia de instituciones que cumplan cabalmente el cometido social que justifica su existencia.

Quien haya escuchado las palabras del presidente de la asamblea revisora del trapo constitucional, refiriéndose en términos autoritarios y despectivos a los que se oponen a ese monumento a la estupidez, que llamarán constitución, se convencerán de que aquí no hay democracia.

Quien analice la práctica de la policía nacional, el convenio entre leonel y miguel, y ahora los juicios desjuiciados de franklin almeida rancier, no dudará en saber que estamos frente a personalidades con mentalidades antidemocráticas.

El término democracia se define como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Por el contrario, lo que se observa es un gobierno de un grupo, gobernando para ese mismo grupo. ¿O hay algún dominicano transformado en sujeto político que no lo asimile todavía?

Dice el de interior y policía que “los traficantes de drogas y las organizaciones sociales de los barrios y pueblos actúan de común acuerdo”. Y haciendo referencias al secuestro de Eduardo Baldera Gómez (que siempre olió mal) dice que: : “Hubo de todo un poco, grupos populares, delincuentes comunes y gente vinculada al microtráfico de drogas”.

La nota de Clave digital recoge este texto: “existen vínculos entre los dirigentes de izquierda de los llamados grupos populares y los narcotraficantes”, a quienes advirtió que “las medidas de represión serán intensificadas”. Sostuvo que “los aparatos represivos del Estado jugarán pesado” contra los que, alegadamente, tratan de crear en el país grupos como los que operan en Colombia y los países de América Central.


¡Qué barbaridad! ¡Y yo de tonto pensando que los aliados naturales del narcotráfico eran los políticos encumbrados, algunos uniformados y otros tantos jueces!

Desde el punto de vista clínico, en su juicio, el franklin perdió el juicio.

Lo malo es que cuando el franklin pierde el juicio, la policía nos enjuicia y todos salimos condenados. Dentro de poco se informará, con pruebas contundentes fabricadas en los laboratorios infalibles del DNI, que los presidentes de Juntas de Vecinos están asociados a secuestros que todavía no se han ejecutados.

No hay que ser experto en análisis semiótico para decodificar los enunciados del franklin almeyda:

1. La demonización de los movimientos populares está en marcha, después de esto, todo lo que se haga en contra de un movimiento social queda permitido.

2. Los barrios son el germen de la maldad, ellos son el peligro y al peligro se le puede eliminar.

3. Si el micrográfico es perverso, entonces puede asociarse con causas sociales justas, con el fin de desvirtuar dichas causas.

4. La policía, que de enero a agosto de este año a matado a 226 personas, todavía no ha comenzado a hacer su trabajo, las cifras deberán duplicarse, y como se va a “jugar pesado”, puede que se tripliquen.

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