lunes, 28 de enero de 2013

Evolución del cinismo


1. Primera definición:
En el principio, el término cínico estaba referido a una filosofía que ligaba la libertad de decir lo que había que decir, con la manera misma de vivir lo que se decía y creía. Era propio de los cínicos una actitud burlesca ante aquello que los demás conferían valor. El estilo de vida cínico constituía una metáfora que enseñaba múltiples verdades. Es el caso de Diógenes, que al recibir la visita de Alejandro Magno, no se inmutó, sino que cuando el emperador le dijo que pidiera lo que quisiera y le sería concedido, respondió: "Que te quites, porque me está tapando el sol". Los cínicos eran radicales, de una mentalidad fuera del marco común. El mismo Platón llegó a decir de Diógenes que "era un Sócrates que se había vuelto loco".

En este primer momento, el término cínico se adjudica, de manera despectiva, a un modo de vida en el que se despreciaban las riquezas y los bienes materiales. 

Como se puede deducir, por lógica que no engaña, ningún miembro del comité político del peledé calificaba como cínico.

2. Segunda definición:
En un salto etimológico, el término ha pasado a hacer referencia a la impudencia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables. Por ejemplo: “El cinismo del presidente es asqueroso: dice que lucha por los pobres y permite que se concreten 100.000 despidos”“El ministro es famoso por su cinismo: ante una cámara oculta que lo mostraba aceptando un soborno, aseguró que lo hacía por el bien de la patria”.  Por lógica que no engaña, se deduce que todos los miembros del comité político del peledé son cínicos.

3. Tercera definición:
Llegamos pues, al nivel más avanzado del cinismo.
El cinismo es, en su mayor grado de expresión, “uno llamado leonel hablando acerca de un señor llamado Juan Pablo Duarte.





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