sábado, 5 de diciembre de 2009

El Fracaso y sus puntos de vista


Félix A. Pineda

Una confusión se apodera de quienes creen que los grupos que deciden el rumbo de los asuntos de estado en la República Dominicana son unos fracasados. Dicen que el gobierno, encarnado en leonel y sus acólitos, no sabe a dónde va. Dicen que la clase política nacional carece de ruta creíble. Igual señalan que los grupos económicos son dominados por intereses que no tienen ningún vínculo con el desarrollo nacional.

Muchas veces se ha creído en esta tesis, argumentando que los actores de las esferas del poder son estúpidos, tarados, con una visión política insustancial, anclada en la miseria del pensamiento. Sin embargo, una reflexión más serena, indica que para los fines prácticos de un universo en el que la consecución de fines es la medida del éxito, ellos no son tan negligentes como a veces se cree.

Todo depende del punto de vista que se tenga sobre la acción política. Y precisamente allí está nuestro error: no hemos podido delimitar una diferencia fundamental entre los intereses generales del país y los intereses de quienes administran al país. Y cuando lo hacemos, no llegamos a la articulación de una respuesta coherente y consistente con esa diferenciación.

El interés de la clase política nacional es hacer negocio con la sociedad dominicana. Punto final de toda reflexión política.

A partir de esta diferenciación paradigmática entre nuestros intereses como nación y los intereses de los que nos mal gobiernan, se entiende que el metro ha sido exitoso (para los negocios de ellos), La SunLand fue una magnífica idea (para los negocios de ellos), la prohibición de la cementera fue un fracaso (para los negocios de ellos), una dosis diaria de apagones siempre será necesaria (para los negocios de ellos), el embrutecimiento de la población es conveniente (para los negocios de ellos), y aunque usted no lo crea, la corrupción es un súper éxito (para los negocios de ellos), el país se encamina por senderos correctos (para los negocios de ellos), la política económica del país es la más correcta y efectiva de toda América Latina (para los negocios de ellos).

La tarea pendiente para la ciudadanía viene a ser radical: diferenciar nuestros intereses de los intereses de ellos, y comprender que en nosotros se encuentra parte de la solución, mientras que en ellos, clase política nacional, se encuentra prácticamente la totalidad del problema. Desde este otro punto de vista, no oficial, ellos son el gran fracaso de la sociedad dominicana.

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