lunes, 27 de julio de 2009

Conceptualizaciones líquidas acerca de la corrupción

Por: Félix A. Pineda


En el pensamiento sociológico contemporáneo existe una idea cuya divulgación en los medios no intelectuales es prácticamente nula. Esta idea, que brota de la mentalidad lúcida del pensador polaco Zygmunt Bauman, plantea que en la modernidad todo es líquido, inconsistente, evanescente. Las condiciones de vida y de acción o las estrategias de respuesta de modifican con tal celeridad que no pueden consolidarse ni traducirse en hábitos y costumbres.

La idea de lo líquido, al estilo de Bauman, es útil, instrumental si se quiere, para hacer un análisis de las conceptualizaciones que acerca de la corrupción hace Leonel Fernández.

En efecto, para Leonel, las palabras son líquidas: “llevarse un cocinero a la casa es algo que está mal, pero no es un robo”. ¿Qué es la corrupción? ¿Qué significa robar? ¿Qué quiere decir el término “esos está mal”?

En esta forma retorcida de pensar, la corrupción es y no es. Los hechos son y no son, y nuevamente, la realidad se diluye asumiendo la forma de las palabras con las que se le define. En un caso puede llamarse “irregularidades” al hecho de que un funcionario tenga y mantenga a 40 personas familiares en la institución que dirige, pero en otro caso, puede adquirir la forma de “debilidades del sistema”. En fin, todo depende de la maestría con la que el encantador logre derretir la resistencia de la serpiente para que ésta, dejando de creer en lo que cree, pase a creer en lo que cree y promueve nuestro señor de los anillos.

Además, si la corrupción existe, no es porque haya corruptos en el gobierno. Es porque los medios de comunicación dan coberturas a casos como los de la Lotería, el INDRHI, la CDEEE y otros malos entendidos.

La realidad es líquida, las palabras carecen de concreción. Y la corrupción, ese castigo sempiterno que pesa sobre la República Dominicana, no existe. Y para los que dicen que no hay voluntad para atacar la corrupción, se responde que aunque la corrupción no existe, que es un invento de Nuria, de Participación Ciudadana y otros que buscan hacer daño, se promete extirpar del gobierno a todo el que no ande por la derecha.

Las conceptualizaciones acerca de la corrupción ofertadas por el gobernante constituyen una vergonzosa comprensión del sentir popular. Pero como lo dice José Saramago, a las palabras hay que arrancarles la piel, para saber qué diablo es lo que se quiere decir cuando se hace referencia a la corrupción.

Mientras tanto, con toda la mala fe del mundo, esperemos que el tiro salga por la culata y las serpientes no se dejen encantar, con todo lo malo que eso pueda significar.

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