La Porno Historia de la Comisión Camaleón

Por: Félix A. Pineda.


La increíble y triste historia de la comisión investigadora del caso Figueroa Agosto, cuyo nombre puede ser escrito con letras iniciales en mayúsculas, en obediencia a reglas gramaticales que no son admisibles cuando se citan los nombres de nuestros políticos y jefes policiales, ha entrado al “jardín de los senderos que se bifurcan” con una cortina de humo en la que se pretende engatusar a la opinión pública con un nuevo cuento chino, mientras Figueroa Agosto, “seguro de que los organismos de seguridad le tienen asegurada su seguridad”, se ríe a carcajada de las estupideces de la comisión investigadora.



Primero reía nuestra santísima Sobeida, cuando ofrecieron un millón de pesos a quien informara sobre ella, cuando ella podía ofrecer 5 millones a quién encubriera su inmaculada presencia.


Ahora ríe Figueroa Agosto, a ver que la comisión investigadora, con la impecable estupidez que caracteriza a los que son profesionalmente estúpidos”, comienza la fase “cortina de humo”, como si García Márquez estuviera escribiendo “crónicas de un fracaso anunciado”, o “la historia del policía medio criminal que perseguía a un criminal medio policía”.


¡Pero el horno no está para galletita! El caso ha superado al de Quirino. No basta con sacar los eslóganes propios de la ocasión: “ir hasta las últimas consecuencias” y el de “caiga quien caiga” ¡Mentiras! Ustedes saben que no resisten dar un paso más en el proceso. Que no se atreven a decir los nombres de los implicados en los casos de narcotráficos porque se cae el altar y la foto imagen del santo mayor se puede tambalear.


Hay que inventar algo que haga olvidar la red de complicidad que protege a Figueroa Agosto. El caso es de “narco” y en la conciencia primigenia del pueblo dominicano hay algo que pesa más que el narco: el morbo.


Es psicológicamente correcto el uso del morbo en su manifestación más concreta en la psiquis nacional: sexo.


Allí está la salida, la tabla de salvación de los grandes involucrados en el narco (políticos y generales). Después de todo, la conclusión que hay que leer fuera de las declaraciones oficiales, como si de un mensaje sublimizar cargado de morbo se tratara, es el siguiente: Figueroa Agosto no es ningún narcotraficante asociado a una red de políticos corruptos y militares mal nacidos, es simplemente un perverso sexual dominado por instintos primitivos de violencia y otras patologías propias de un cerebro reptil no evolucionado.


¿A qué ferviente discípulo de Sigmund Freud consultaron los chicos amenos de la comisión camaleón?


Pensemos en una analogía. Los organismos de seguridad salieron de cacería al bosque, pero en su prisa, confundieron el rifle con el paraguas. Ya en el bosque apareció un Figueroa Agosto, les dispararon con el paraguas, y convocan a una rueda de prensa para anunciar que lo mataron. ¡Pero si dejaron el rifle!