Por: Félix A. Pineda
Padre nuestro
que mora más allá de nuestras aspiraciones terrenales
Los políticos falsificaron tu firma,
tu nombre anda rodando de templo en templo,
de mercado en mercado, desde Wall Street hasta Shanghai
pasando por los neoconservadores de Washington
y los fabricantes de armas, que en tu nombres hacen la guerra.
Venga a nosotros un nuevo modelo de sociedad,
en la que todo sea como está mandado
sin que nadie tenga que mandar,
donde los que gobiernan se pudran en el olvido de Najayo
comenzando con el “padrino”.
Tan ciego, tan sordo y tan mudo,
que de pérfida envidia, hacer arder a balaguer en los infiernos.
Hágase tu voluntad en la República Dominicana
Antes que el jefe de la policía imponga la suya
y los narcotraficantes sustituyan a los maestros de escuelas.
¡De prisa, no hay tiempo que perder!
Que ya no tenemos jueces, ni funcionarios
Sólo criminales, con el fusil hambriento,
apuntando hacia la justicia.
Danos este año nuestro pan de cada día,
sin bromato de potasio, y a precio asequible.
Castiga, con furia, con rabia, pero sin odio,
a los farsantes que levantan sus manos en el congreso,
aprobando nuevos empréstitos,
para luego pedirte descaradamente,
el perdón de sus deudas,
que en realidad son “sus deudas”.
No nos deje caer en la tentación de votar por ellos
en las próximas elecciones,
De sus mentiras, y de sus narcodólares líbranos Señor.
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