El problema, sin embargo, no tiene que ver con trujillo sino con leonel.
Hay dominicanos que son capaces de creer lo que dice leonel. Es decir, hay dominicanos que se bajan los pantalones para ser sodomizados por leonel, si él así lo solicitara. Esta es una señal de que, como sociedad, estamos enfermos.
Los dominicanos sufrimos una patología de la obediencia, y leonel tiene el perverso arte de truquear descaradamente a todos los cuidadanos patológicamente obedientes. leonel es un perverso. Su manera de hacer política es perversa, porque él es un perverso.
La perversión política es una distorsión macabra de la práctica política que una masa crítica interpreta como "deseable", para el bien de una sociedad. En este sentido, leonel es un perverso. Cualquier político es mentiroso, pero mentir como lo hace leonel es superar los límites imaginados del engaño como arma política.
Decir que él no es culpable de la crisis fiscal que ahora tenemos, después de haber pregonado que "esta era una economía blindada" es señal de una patología. Los psiquiatras denominan a esta manera de comportamiento como tener una "mente partida", que es un eufemismo para la esquizofrenia.
El tipo es incapaz de asumir responsabilidades. Decir que la crisis en que ahora nos encontramos fue culpa de hipólito, es lo mismo que decir que se ha debido a la sublevación de Enriquillo en la sierra del Bahoruco, o a la cacería indiscriminada de ballenas en alguna parte del océano. Esta anomalía del comportamiento político es, en definitiva, la señal de que leonel ha perdido el juicio. Tal vez ya lo instuía desde hace tiempo, razón por la que empezó a nombrar jueces que luego fueron sobornados con jeepetas, apartamentos y otros regalos del bolsillo de la gente. Total, la gente ni se da por enterada.
Somos los pendejos más pendejos del mundo. La prueba es que leonel anda suelto.
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