domingo, 14 de octubre de 2012

Por qué ahorcar a leonel?

Por: Félix A. Pineda

!Que no cunda el pánico! leonel es un montruo que se alimenta de la pobreza e ignorancia de esta media isla y su poder es equiparable a un dios olímpico al que solo se puede ahorcar simbólicamente, con toda la decepción implicada para los que creemos que la horca nunca será suficiente para pagar sus deudas con la sociedad dominicana.

El llamado a ahorcar a leonel, aún cuando sea simbólico, solo puede concebirse como un clamor en el desierto de la contrapolítica nacional, sin eco alguno, por desaforada  y desajustada a los patrones jurídicos dominantes. Sin embargo, tiene sentido cuando se piensa que este señor ha estructurado el sistema de corrupción más homogéneo y compacto que jamás se había conocido e la sociedad dominicana. Se trata de una estructura de robo vulgar que cuenta con base sólida en la justicia, en grupos económicos asociados a su proyecto personal, y en el espectro de los partidos, convertidos en corporaciones corruptas.

El llamado para que "ahorquemos a leonel" se hace desde la posición de los que carecemos de poder para exigir que la justicia cumpla su rol. Desde la perspectiva de los "marginados, y por qué no, de los "resentidos sociales", que paralizados de miedo vemos escapar el futuro de nuestros hijos en los bolsillos de una "casta de ladrones perversos" erigidos en amos y señores del patrimonio nacional.

Ahorcar a leonel es reivindicar la dignidad de ser dominicano, es el regreso de nuestras mujeres prostituidas en suelos extranjeros, es el creer que no es necesario exponer la vida en una yola, pensando que el riego de la muerte en alta mar es preferible a ser tragado por los cocodrilos que se tragan nuestro trabajo, y todas las riquezas creadas.

Ahorcar a leonel es, en fin, arrancarle las alas a félix bautista y a todos los "robadores" del peledé. Esos oportunistas inescrupulosos, que nunca se sacian de dañar y asesinar el futuro de nuestros hijos. Detrás de ellos caerán también las frutas podridas del perredé, a cuyo favor podemos agregar su mediocridad sin par. Si ahorcáramos a leonel, levantaríamos la moral de un pueblo subyugado por el engaño y el tigueraje político.

Ahorquemos a leonel, por burlarse de los hombres y mujeres sencillos del pueblo, y luego construyamos, no sobre su cadáver, sino lejos de él, el proyecto de nación que él nos negó, porque el único proyecto que le interesaba y le interesa es el suyo propio.

Ahorcar a leonel tiene un sentido histórico, es acabar de matar a balaguer y a trujillo, que siguen gobernando igual que siempre, ahora utilizando la democracia como coartada para justificar el robo a manos llenas.

Hagamos un favor a la sociedad dominicana: ahorquemos a leonel, y si vincho, el vividor, el simulador, el perro de caza admirado por leonel, se opone, lo ahorcamos también.


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