sábado, 3 de octubre de 2009

Por Loma de Cabrera

Por Félix A. Pineda

Al concluir el día de hoy, un viernes como cualquier otro del mes de octubre, y desde un rincón de la República llamado Loma de Cabrera, me siento a escribir, atrapado entre un paisaje pintado de verde sobre el horizonte, y la desgracia de un apagón que dura prácticamente todo el día. Es cierto que el apagón limitó las posibilidades de cumplir con mi objetivo de trabajo, pero al final pudo más el verde esperanza del paisaje que la trágica interrupción de la energía, por lo que doy por cumplida la misión.

Luego de consumada la jornada de trabajo, diez mil millones de neuronas, me convocan a la rebelión contra el orden establecido, contra los que limitan el acceso a playas y ríos, contra los que restringen los derechos ciudadanos y contra el faraón de los Perro Rabiosos en Decadencia (PRD) y del emperador de la Plebe de Linaje Demoníaco (PLD).

Me pregunto si es que en Loma de Cabrera no hay capacidad de repulsión, para mandar al infierno a los culpables de tantas carencias en un pueblo tan pequeño. Pero para mi decepción, Todavía no existe un movimiento que articule a la gente buena en un proyecto que acabe con los males de dos partidos marcados por la mala fe.


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