Félix A. pineda
Sabemos que leonel I de leonilandia está colocado por encima del bien y del mal.
Sabemos también que los “males” de este país son el “bien” de su clase gobernante, y sabemos, por demás, que la policía es una estructura trujillista que funciona al margen de todo ordenamiento social civilizado.
Después de las premisas iniciales, es fácil inferir que leonel no pierde el tiempo ocupándose de las muertes y el trabajo sucio que ejecuta la policía. Y como en leonilandia la publicidad sustituye a la realidad, lo importante no es que la policía torture y asesine, sino que se responda negando los hechos imputados, aún cuando los muertos estén tirados bajo los pies de los patrañeros. Sólo en casos extremos se forma una comisión de altos oficiales cuyos resultados todos conocen.
Sabemos que en la cultura policial el “civil no es gente”, por eso pasa como parte del cumplimiento del deber, el hecho de que, de enero a agosto de este año, 226 personas fueran “matadas” por la policía, según reporta Clave digital en su edición del 25 de octubre del 2009.
Sabemos que la ciudadanía es impotente frente a ese cuerpo del crimen ¿Quién parará el derramamiento de sangre implicado en el “cumplimiento del deber” de la policía?
Por ahora, sólo nos queda denunciar que la policía está siendo dirigida de manera estúpida, y que su papel no es el de matar.
La segunda posibilidad es que el cardenal, con su poder supranatural, inicie una campaña contra los intercambios de disparos, similar a la de la lucha contra el aborto. Pero también lo dudo, porque el aborto nunca fue una causa, fue simplemente una coartada para medir fuerza e imponer criterios a quienes tienen una manera diferente de pensar.
¿Podemos exigir al jefe de la policía que renuncie? ¡Claro que podemos! Pero la cultura de la renuncia no existe en este país, y el jefe del jefe de la policía no se da por enterado. ¡El vive en leonilandia, no en República Dominicana.
La primera hipótesis es que leonel sabe lo que ocurre, pero no hace caso porque ninguna de las personas “matadas” por la policía votará en las próximas elecciones.
La segunda hipótesis es que leonel no sabe lo que ocurre porque se lo esconden, y como él no lee la prensa nacional, oficio degradante que se delega en otros, el jefe de la policía puede continuar su trabajo, que su otro jefe es ciego, sordo y mudo, además de negligente, incongruente e indolente.
Como leonel no tiene el interés de parar esta tragedia, la policía seguirá siendo un monstruo que se alimenta de su propia mierda.
Que Dios nos libre de un intercambio de disparos. Amen.
Sabemos que leonel I de leonilandia está colocado por encima del bien y del mal.
Sabemos también que los “males” de este país son el “bien” de su clase gobernante, y sabemos, por demás, que la policía es una estructura trujillista que funciona al margen de todo ordenamiento social civilizado.
Después de las premisas iniciales, es fácil inferir que leonel no pierde el tiempo ocupándose de las muertes y el trabajo sucio que ejecuta la policía. Y como en leonilandia la publicidad sustituye a la realidad, lo importante no es que la policía torture y asesine, sino que se responda negando los hechos imputados, aún cuando los muertos estén tirados bajo los pies de los patrañeros. Sólo en casos extremos se forma una comisión de altos oficiales cuyos resultados todos conocen.
Sabemos que en la cultura policial el “civil no es gente”, por eso pasa como parte del cumplimiento del deber, el hecho de que, de enero a agosto de este año, 226 personas fueran “matadas” por la policía, según reporta Clave digital en su edición del 25 de octubre del 2009.
Sabemos que la ciudadanía es impotente frente a ese cuerpo del crimen ¿Quién parará el derramamiento de sangre implicado en el “cumplimiento del deber” de la policía?
Por ahora, sólo nos queda denunciar que la policía está siendo dirigida de manera estúpida, y que su papel no es el de matar.
La segunda posibilidad es que el cardenal, con su poder supranatural, inicie una campaña contra los intercambios de disparos, similar a la de la lucha contra el aborto. Pero también lo dudo, porque el aborto nunca fue una causa, fue simplemente una coartada para medir fuerza e imponer criterios a quienes tienen una manera diferente de pensar.
¿Podemos exigir al jefe de la policía que renuncie? ¡Claro que podemos! Pero la cultura de la renuncia no existe en este país, y el jefe del jefe de la policía no se da por enterado. ¡El vive en leonilandia, no en República Dominicana.
La primera hipótesis es que leonel sabe lo que ocurre, pero no hace caso porque ninguna de las personas “matadas” por la policía votará en las próximas elecciones.
La segunda hipótesis es que leonel no sabe lo que ocurre porque se lo esconden, y como él no lee la prensa nacional, oficio degradante que se delega en otros, el jefe de la policía puede continuar su trabajo, que su otro jefe es ciego, sordo y mudo, además de negligente, incongruente e indolente.
Como leonel no tiene el interés de parar esta tragedia, la policía seguirá siendo un monstruo que se alimenta de su propia mierda.
Que Dios nos libre de un intercambio de disparos. Amen.
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